Como parte de una investigación realizada en el 2005 por el Instituto de Psiquiatría de la Universidad de Londres, el término “infomanía” surgió para referirse a las personas adictas al correo electrónico, a la mensajería instantánea de sistemas “chats” y a los mensajes de texto a través de dispositivos móviles.
La investigación muestra claramente que el uso excesivo de e-mail, teléfonos y “chats” en el trabajo diario perturba de manera importante la concentración de la gente y su habilidad para focalizarse en actividades laborales.
Según este estudio, en trabajadores interrumpidos intensivamente por el correo electrónico, teléfonos y mensajes instantáneos, las pruebas de coeficiente intelectual caen 10 puntos. Mientras que una investigación previa realizada en la Universidad de Carleton en Canadá encontró que el impacto del fumar marihuana disminuía sólo 4 puntos las mediciones de coeficiente intelectual.
Se trata de un fenómeno sumamente complejo, ya que a pesar de la gran influencia negativa en nuestra capacidad de atención, no hay dudas que hay importantes ventajas al estar “conectados”.
Parece un círculo vicioso: Nos sentimos mal si no podemos revisar el e-mail y ese estado de ánimo a su vez afecta nuestra concentración en el trabajo.
Sabemos que la mayoría de los mensajes que recibimos son inútiles, pero estamos ansiosamente pendientes y nos importan mucho los poquitos que sí son pertinentes.
El principal punto en la investigación citada no es la intensa dedicación al correo electrónico y otros recursos para transmitir mensajes escritos digitales, sino el llamado a estar conscientes del impacto negativo que puede tener el exceso o el desbalance en la cantidad de esfuerzo que invertimos en estos medios.
marzo 22, 2007
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