El doctor venezolano Pablo Liendo nos advirtió de los riesgos de esta situación en 1997, cuando acuñó el término “Diabetes Informáticus”.
Con esta expresión, el doctor Liendo se refiere al “trastorno caracterizado por la saturación de la capacidad máxima de transformar los datos recibidos en información para la acción; en forma reiterada y creciente; con preocupación para el afectado y con perjuicio a los involucrados”.
En su conferencia titulada El Papel del Tiempo y La Biología en los Nuevos Entornos Comunicacionales, el doctor Liendo nos proporciona un sucinto y útil análisis estratégico de cómo el avance de los recursos tecnológicos de comunicación han estado sobrepasando nuestra capacidad biológica de adaptación y aprovechamiento.
Así pues, es común ver a ejecutivos preocupados por cambiar sus “laptops” o teléfonos celulares con más memoria para almacenar información que nunca será consultada y mucho menos utilizada.
La conclusión más importante sobre la “infomanía” es que siempre debemos tener en mente que la mayoría de nuestros destinatarios están estresados por el volumen de información que deben gerenciar.
En consecuencia es muy fácil que le pasen por alto a nuestros e-mails, o los lean superficialmente, o no los lean completos, o simplemente nos malinterpreten.
Por esta razón, como remitentes necesitamos ser más comprensivos y pacientes. Reflexión igualmente válida para cuando tenemos la posición de destinatario.
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