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febrero 08, 2008

Beneficios relativos del correo electrónico

El correo electrónico nos ofrece otros beneficios, pero que tienen un valor relativo, porque en ciertas concidiciones su uso puede llegar a tener consecuencias negativas.

Es el caso de la posibilidad de configurar respuestas automáticas a los mensajes que recibimos. Se trata de un recurso que puede tener utilidad cuando no revisaremos nuestro buzón en cierto tiempo.

Sin embargo, para que esas respuestas automáticas sean eficientes, debemos indicar en su configuración la dirección de los remitentes a quienes deseamos responder de manera automatizada. De lo contrario los resultados pueden ser perjudiciales.

Por ejemplo, si recibimos uno de esos "spam" concebidos para validar nuestra dirección de correo, y nuestro e-mail lo responde automáticamente, a partir de ese momento comenzaremos a recibir más "correos basura" de lo habitual.

Otro beneficio relativo es la posibilidad que ofrecen algunos programas para chequear si el e-mail que enviamos a alguien fue leido o no por esa persona y cuándo.

Este recurso sólo funciona cuando usted y su destinatario se han puesto de acuerdo al respecto. Si no, su destinatario tiene la potestad de desactivar la función que le avisa a usted que su mensaje fue leido.

Cada vez menos personas utilizan esta opción porque de alguna manera les hace sentir que son "controlados" en cierta forma por el remitente, y les genera el compromiso implícito (y automático) que supone haber leido el mensaje.

Un tercer beneficio relativo del e-mail es la posibilidad de "adornar" gráficamente los mensajes, bien sea con imágenes, o coloreando las letras, o haciendo cambios tipográficos de forma y tamaño.

El adorno gráfico de los mensajes es un recurso que mucho remitentes disfrutan, porque sienten que es una manera de agregar cierta emoción a sus escritos. Pero la relatividad del beneficio está dada por las percepciones de los destinatarios, quienes suelen quejarse de los mismos porque no son pocos los casos que afectan negativamente la lectura.

Hay remitentes que hacen combinaciones de letras y colores que producen serias dificultades para que sus mensajes sean leidos. En otros casos, las imágenes utilizadas tienen tanto movimiento que cuando estamos leyendo el e-mail nos perturban y hacen que nos cueste más de lo habitual concentrarnos en lo que estamos leyendo. Y hay remitentes que agregan dibujos que ellos consideran atractivos, pero que muchos destinatarios perciben como muy infantiles o poco serios, y sienten que estos elementos le restan importancia, formalidad y atención al mensaje.

Sin dudas los efectos positivos del correo electrónico son mayoritariamente satisfactorios frente a una importante cantidad de necesidades de comunicación.

Sin embargo, el aumento vertiginosamente creciente del volumen de mensajes escritos con los que debemos enfrentarnos diariamente ha estado poniendo de relieve una serie de efectos colaterales y características secundarias, de tal impacto negativo en ciertos casos que los beneficios se ven disminuidos severamente.

En este sentido, si nos anticipamos a estos efectos negativos, comprendiendo mejor en qué consisten y cómo se producen, podremos incrementar significativamente la calidad de las comunicaciones escritas vía e-mail, tanto con los clientes como con nuestros colegas de trabajo.

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