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febrero 25, 2009

Internautas japoneses usan más de 3 horas mensuales en sitios de entretenimiento

En febrero de 2009 cerca del 74% del total de los usuarios de Internet de Japón visitó un sitio de Entretenimiento.

El internauta japonés usa aproximadamente 15% del total de su tiempo al mes en visitar estos sitios, haciendo de esta categoría una de las más populares.

Maru Sato, director gerente de comScore Japón, señala que los sitios de entretenimiento que incluyen video, TV y música continúan beneficiándose de la rápida evolución de la tecnología.

“Muchos de estos sitios cuentan con largas visitas, haciéndolos particularmente atractivos para el mercadeo en línea y la publicidad dirigida a segmentos específicos”.

YouTube.com obtuvo una gran audiencia con 21.7 millones de visitantes. Otros sitios fueron Sony Online (15.2 millones de visitantes), iTunes Software Application (12.1 millones), Nicovideo.jp (11.2 millones) y Fuji Television Network (7.5 millones de visitantes).

febrero 18, 2009

¿Has escuchado hablar del "analfabetismo funcional"?

El concepto básico de analfabetismo ha cambiado mucho durante los últimos años. En 1958 la Unesco definió como analfabeta a la persona que no sabía leer o escribir algo simple. Sin embargo, otros especialistas del tema lo han definido como la incapacidad de leer o escribir.

Pero el analfabetismo funcional se considera como un "segundo grado" de analfabetismo. Supone el conocimiento de los signos alfabéticos y matemáticos, pero esto no se traduce en aplicaciones prácticas que tengan el propósito de comprender mejor la sociedad para poder desenvolverse en ella de manera más asertiva.

En algunos países en donde hay un pequeño porcentaje de personas en estado de analfabetismo de primer grado, puede existir (como de hecho existe) un alto nivel de analfabetas de segundo grado.

El analfabetismo funcional se expresa, por ejemplo, en términos de comprensión lectora, dado que el leer no sólo consiste en decodificar las letras y las palabras, sino en poder entender plenamente lo que se lee.

En otras palabras, los analfabetas funcionales son personas con dificultades para entender las ideas y conceptos escritos por otros y para comunicar en forma estructurada y adecuada los suyos propios.

Tienen la capacidad de leer y escribir para adquirir y producir conocimientos, pero sólo saben recibir datos, en forma aislada, y les cuesta mucho procesarlos correctamente o intervincularlos.

Sus hábitos de lectura se componen principalmente de anuncios publicitarios o de textos muy breves y superficiales que encuentra casualmente. Leen en forma indisciplinada, esencialmente para satisfacer su esparcimiento, pero casi nunca con el propósito de ampliar su horizonte de conocimientos en forma deliberada.

Los analfabetas funcionales no han desarrollado la habilidad de expresarse claramente por escrito, y no profundizan ni ordenan bien sus pensamientos a través de la escritura. Pueden estar investidos de títulos académicos, pero se expresan verbalmente o por escrito (formal o informalmente), como iletrados.

Tampoco saben dónde buscar o les cuesta mucho encontrar la información que requieren en un momento determinado para resolver un reto concreto.

Tienen una actitud pasiva frente al aprendizaje. Básicamente se concentran en esperar que el conocimiento les llegue ya procesado.

No desarrollan la capacidad de aprender dinámicamente y les resulta muy difícil asumir la responsabilidad de investigar y elegir el contenido específico que necesitan aprender.

Con estas consideraciones, permítame preguntarle ¿cómo y cuánto cree usted que el analfabetismo funcional está influyendo actualmente en la gerencia del correo electrónico en el trabajo?

febrero 11, 2009

Tenga más cuidado con sus "claves"

Claves, contraseñas o "passwords": Vale la pena pensarlas un poco más antes de seleccionarlas.

Ciertas palabras sin particularidad o poco imaginativas pueden facilitarle el trabajo a los ciber-delincuentes, según un estudio realizado en USA por la empresa Errata Security.

Según el análisis de 28.000 contraseñas (robadas recientemente por un "hacker" en un sitio web norteamericano muy popular), resulta evidente que los internautas suelen elegir el camino más fácil a la hora de crear un "password":

* Más de una cuarta parte de las contraseñas analizadas (16%) se basa en un nombre, a menudo los propios o los de los hijos.

* El 14% se basa en una simple respuesta mnemotécnica en el teclado, del tipo "1234", "12345678", o "qwerty" (en el teclado francés).

* Un 5%, compuesto especialmente por jóvenes, tienen un programa de televisión o una serie de héroes como su contraseña. Así, las claves como "Hannah", "Pokemon", "Matrix" o "Ironman" son muy populares.

* El 4% contiene la propia palabra "password", a veces con sutiles variaciones, como "Password1".

* Un 3% se decanta por la elección de un mensaje del tipo "I don't care" (no me importa), "Whatever" (lo que sea), "Yes" o "No".

* Otros seleccionan contraseñas con expresiones emocionales tales como "I Love You" (te quiero), pero también hay "I hate you" (te odio).

Para protegerse mejor contra los intrusos y contar con más seguridad, es aconsejable crear "passwords" que:

* Contengan al menos ocho caracteres.

* Combinar letras con números.

* Tener una letra mayúscula o un símbolo.

No creo que haya que volverse paranóico, pero la ligereza que vemos aquí con la creación de las claves de seguridad personal, es una de las bases de la inseguridad en Internet.

Por ejemplo, mucha gente comparte su clave personal de acceso a ciertos servicios web, o la tiene anotada en un papelito pegado a la computadora de su puesto de trabajo, y muchas personas la pueden ver.

Vale la pena detenerse unos instantes para tener un mínimo plan para gerenciar las claves, aunque el tema no es nada sencillo. La necesidad de más prevención planificada aumenta en la medida que tenemos que manejar más claves personales, incluyendo las bancarias.

febrero 04, 2009

Menos del 9% del e-mail que llega a las empresas es "lícito"

En el 2008, sólo un 8,4% de los correos electrónicos que llegaron a las empresas son válidos. El 89,88% son spam, y un 1,11% están infectados.

Así se desprende de los más de 430 millones de correos electrónicos analizados en 2008 por TrustLayer Mail, el servicio gestionado de limpieza del correo electrónico de la empresa Panda Security.

En enero el nivel de spam estuvo por debajo del 80%. El resto del año ha superado esas cifras, con subidas muy importantes como las sufridas en el segundo trimestre, cuando el spam supuso el 94,27% del correo que llegó a las empresas.

Para las empresas, el spam no es sólo una molestia: supone consumo de ancho de banda, pérdida de tiempo en su eliminación e, incluso, mal funcionamiento de los ordenadores. Al final, todo esto se traduce en una pérdida de productividad.

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