El concepto básico de analfabetismo ha cambiado mucho durante los últimos años. En 1958 la Unesco definió como analfabeta a la persona que no sabía leer o escribir algo simple. Sin embargo, otros especialistas del tema lo han definido como la incapacidad de leer o escribir.
Pero el analfabetismo funcional se considera como un "segundo grado" de analfabetismo. Supone el conocimiento de los signos alfabéticos y matemáticos, pero esto no se traduce en aplicaciones prácticas que tengan el propósito de comprender mejor la sociedad para poder desenvolverse en ella de manera más asertiva.
En algunos países en donde hay un pequeño porcentaje de personas en estado de analfabetismo de primer grado, puede existir (como de hecho existe) un alto nivel de analfabetas de segundo grado.
El analfabetismo funcional se expresa, por ejemplo, en términos de comprensión lectora, dado que el leer no sólo consiste en decodificar las letras y las palabras, sino en poder entender plenamente lo que se lee.
En otras palabras, los analfabetas funcionales son personas con dificultades para entender las ideas y conceptos escritos por otros y para comunicar en forma estructurada y adecuada los suyos propios.
Tienen la capacidad de leer y escribir para adquirir y producir conocimientos, pero sólo saben recibir datos, en forma aislada, y les cuesta mucho procesarlos correctamente o intervincularlos.
Sus hábitos de lectura se componen principalmente de anuncios publicitarios o de textos muy breves y superficiales que encuentra casualmente. Leen en forma indisciplinada, esencialmente para satisfacer su esparcimiento, pero casi nunca con el propósito de ampliar su horizonte de conocimientos en forma deliberada.
Los analfabetas funcionales no han desarrollado la habilidad de expresarse claramente por escrito, y no profundizan ni ordenan bien sus pensamientos a través de la escritura. Pueden estar investidos de títulos académicos, pero se expresan verbalmente o por escrito (formal o informalmente), como iletrados.
Tampoco saben dónde buscar o les cuesta mucho encontrar la información que requieren en un momento determinado para resolver un reto concreto.
Tienen una actitud pasiva frente al aprendizaje. Básicamente se concentran en esperar que el conocimiento les llegue ya procesado.
No desarrollan la capacidad de aprender dinámicamente y les resulta muy difícil asumir la responsabilidad de investigar y elegir el contenido específico que necesitan aprender.
Con estas consideraciones, permítame preguntarle ¿cómo y cuánto cree usted que el analfabetismo funcional está influyendo actualmente en la gerencia del correo electrónico en el trabajo?
febrero 18, 2009
¿Has escuchado hablar del "analfabetismo funcional"?
Etiquetas: e-mail, productividad, eficiencia
comprensión lectora,
efectividad comunicacional,
productividad
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