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abril 26, 2009

Decimos por escrito cosas que no diríamos cara-a-cara

El abuso de la virtualidad propia de los mensajes electrónicos puede afectar la confianza y el sentido de identidad de los equipos de trabajo.

La suerte de "anonimato presencial" que hay en un e-mail, especialmente cuando de relaciones laborales se trata, es una poderosa excusa detrás de la cual nos protegemos para transmitir mensajes delicados o complejos, especialmente si sospechamos que al destinatario le van a desagradar.

Es comprensible que aprovechemos la comodidad que nos brinda el e-mail para que no tengamos que enfrentar las reacciones de los compañeros de trabajo a quienes vamos a transmitir mensajes que a veces no son gratos dar o no son fáciles, porque están rodeados de emociones fuertes o pueden generarlas. Por ejemplo los reclamos, las evaluaciones, las exigencias extraordinarias, las negociaciones, los cambios drásticos, o las llamadas de atención disciplinaria, entre otras cosas.

Pero la poca conciencia de las consecuencias que pueden tener estos e-mails, hace que hoy en día en las empresas se enfrenten muchas tensiones en el ambiente de trabajo.

El correo electrónico permite que nos desinhibamos a la hora de comunicarnos en el trabajo. Pero decir las cosas "sin tapujos" no significa que nos comuniquemos mejor o que digamos lo que realmente queremos decir. De hecho, desinhibirnos puede hacer que olvidemos las sutilezas necesarias en ciertos mensajes.

Es necesario que tomemos en cuenta que algunos asuntos por escrito también pueden producir efectos colaterales en los equipos de trabajo. Para temas muy sensibles, si no se tiene una comunicación cara-a-cara o telefónica, la confianza y la credibilidad entre los miembros del equipo tiende a debilitarse, porque el destinatario siente que el e-mail ha sido utilizado como un arma y no como un puente.

El correo electrónico es una herramienta fabulosa para pasar información de forma rápida, barata y fácil, y probablemente utilicemos estos argumentos para manejar la presión del tiempo laboral y justificar el envío de mensajes escritos, cuando pudimos haber conversado personal o telefónicamente.

Pero resulta muy fácil que esa rapidez o comodidad generen significativos costos adicionales en el proceso de construcción de las relaciones personales en el trabajo. En este sentido podemos aplicar el viejo refrán que dice: "lo barato sale caro".

La gente que se ha sentido atacada por un e-mail de un compañero de trabajo, que a su vez fue copiado a los jefes, se sentirá más inclinada a ignorar otros mensajes del mismo remitente o a responderlos con retraso, como una manera de "venganza".

Según un informe publicado por la empresa Cisco Systems en septiembre de 2006, titulado “Psicología de las comunicaciones empresariales efectivas en equipos de trabajo geográficamente dispersos”, el uso indiscriminado de medios impersonales para comunicarse puede causar problemas en equipos de trabajo. Los usuarios de e-mails pueden tardar más de 4 veces en intercambiar el mismo número de mensajes que cuando se comunican cara-a-cara.

Además de que estos mensajes contribuyen a aumentar la sobrecarga de trabajo por el volumen de e-mails que debemos atender, sus destinatarios tienden a hacer una lectura adicional: "¿No soy lo suficientemente importante como para que me comuniquen esto de manera personal? ¿Cuánto realmente me valoran en esta compañía si no se pueden comunicar conmigo de forma más directa?".

Controle sus emociones con la debida madurez profesional y no envíe correos electrónicos que puedan desatar "batallas" escritas dentro de su empresa. Es preferible invertir 5 minutos en una llamada telefónica y ahorrarse 5 semanas de dimes y diretes pocos productivos.

El e-mail no es el medio más adecuado para transmitir mensajes sensibles a malas interpretaciones, producto de la carga emocional que puedan tener. Siempre terminará trabajando mucho más cuando envía estos mensajes.

Le invito a que promueva en su empresa la reflexión sobre el impacto del e-mail como herramienta de comunicación corporativa. Lea los siguientes artículos:

La productividad con el correo electrónico.

Recomendaciones gerenciales con el e-mail.

Medidas empresariales sobre el e-mail en el trabajo.

También puede consultar el libro El e-mail en el trabajo. Manual de Supervivencia. Soluciones y Consejos.

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