
Las ganancias a través de la ciber-delincuencia se estiman en miles de millones de euros. Los daños son difíciles de cuantificar porque a las empresa le gusta reconocer públicamente que han sido víctimas.
Los hackers han pasado de idealistas a profesionales del crimen. Hay especialistas en detectar fallas de seguridad para luego venderlas. Lo que les resulta más rentable es el envío de spam o el bloqueo de sitios de comercio electrónico para después cobrar un rescate.
Otras prácticas de ciber-crimen tienen que ver con el robo de archivos confidenciales de negocios, o el robo de datos personales en redes sociales como Facebook y MySpace, o el engaño mediante el cual el atacante se hace pasar por un gobierno o un banco para que los crédulos revelen sus datos bancarios o contraseñas. Más información.
Lea mis recomendaciones sobre el cuidado mínimo que uno debería tener sobre las claves personales.
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