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julio 13, 2009

Planifica tu imagen personal y profesional con el e-mail

Antes que nada necesitamos tener más conciencia sobre el hecho de que en todos los ámbitos de la sociedad contemporánea siempre nos estamos mercadeando, como profesionales y como personas.

Necesitamos tomar más en cuenta que siempre estamos influyendo en la percepción que la gente se forma de nosotros. Influimos de manera positiva o negativa.

Influimos con lo que hacemos y dejamos de hacer. También influimos con lo que decimos y dejamos de decir. Así que nuestro propio plan de mercadeo y comunicación lo comenzamos a definir con las siguientes preguntas:

"¿Cómo quisiera ser conocido y recordado como profesional?"

"¿Con qué valores quisiera ser asociado cuando los demás me recuerden?"

Las respuestas a esta preguntas nos proporcionan la orientación necesaria sobre el tipo de acciones que debemos realizar para influir positivamente en los demás y obtener la percepción profesional que deseamos.

Igualmente, necesitamos tener una perspectiva amplia de quiénes son nuestros "clientes". Lo cual podemos definirlo de manera simple pero eficiente respondiendo a "¿Quiénes pueden hablar de uno, bien o mal, como profesionales y como personas?".

Hacia todos ellos se deben orientar nuestras estrategias y tácticas de mercadeo. Nuestros clientes son las personas con las que interactuamos de manera directa o indirecta, que nos importan y nos interesan profesionalmente. Ellas siempre tienen posibilidades de recomendarnos con otros.

En una sociedad con trabajos tan interconectados entre tantas personas, para nuestro mercadeo personal los "clientes externos" tienen igual de importancia que todos los compañeros de trabajo, incluyendo jefes de todos las áreas y niveles, personal de otros departamentos y proveedores.

Sí esta respuesta es muy amplia es porque, precisamente, los errores más frecuentes en mercadeo se comenten en parte por subestimar el alcance de los públicos o audiencias con las que interactuamos como clientes.

Por último, tener más conciencia del mercadeo personal implica estar más pendientes del uso de las herramientas con las que comunicamos nuestras habilidades, competencias, valores y beneficios. Es decir, necesitamos mantener afinados nuestros canales y medios de comunicación interpersonal.

Ellos están constituidos principalmente por todos nuestros ámbitos de comunicación interpersonal, bien sea cara-a-cara, a través del teléfono o la computadora, y por la forma y el fondo de los contenidos que transmitimos a través de estos medios. Es decir, nuestro cuerpo y comportamiento son como canales ambulates de nuestro mercadeo, con mensajes verbales y no-verbales.

En este contexto, el correo electrónico cada día tienen más impacto en la imagen profesional que proyectamos como personas. Así que comprender mejor los factores de efectividad de la comunicación escrita nos permitirá gerenciar de manera más acertiva los aspectos que determinan nuestra reputación a través de éste medio.

¿Mercadeo personal a través del e-mail?

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Más recomendaciones en el libro El e-mail en el trabajo. Manual de Supervivencia. Soluciones y Consejos, de Juan Carlos Jiménez.

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