Este trimestre hay más de 14 millones de nuevos ordenadores zombis (computadores infectados que se utilizan con fines hostiles).
Esta cifra confirma la predicción que McAfee realizó en el primer trimestre del año sobre el crecimiento de botnets (software capaz de ejecutarse de manera autónoma e infectar a otros servidores).
Según esto, el spam ha alcanzado nuevos límites alarmantes superando su propio record.
Los investigadores de McAfee señalan que softwares dañinos han infectado más de 27 millones de archivos en un período de 30 días.
Según Mike Gallagher, Vicepresidente Senior y Director de la Oficina de Tecnología de los Laboratorios McAfee Avert, "el crecimiento en los últimos tres meses es alarmante... la expansión de estas infecciones es un grave recordatorio del daño que pueden sufrir los ordenadores desprotegidos, sean domésticos o empresariales."
A lo cual cabe agregar el grave impacto que tiene sobre la productividad de las empresas y que puede minimizarse con buenas prácticas en la gerencia del email, que incluyen normas para hacer un uso adecuado de Internet y del correoelectrónico como herramienta de comunicación corporativa.
Ver nota de prensa original, en inglés.
julio 21, 2009
Advierten sobre el costo de recuperar correos electrónicos
La empresa Kroll Ontrack estima que el promedio de e-mails por persona pasará de 156 mensajes diarios en el año 2009 a 233 mensajes en el 2012.
Este fenómeno implica costos muy importantes: sobrecarga de trabajo e incremento de las horas-hombre para los departamentos de tecnología.
Además, hay que tener en cuenta los recortes presupuestarios y el desconocimiento de los costos ocultos ligados a la recuperación de correos. Por ejemplo, el gasto de instalar un servidor para las tareas de recuperación.
Kroll Ontrack estima que el administrador de redes informáticas dedica hoy un 25% de su tiempo a recuperar y gestionar correos.
Esto podría evitarse mediante sistemas básicos de gestión de archivos que implican aspectos tecnológicos.
Pero, sobre todo, hay que desarrollar conciencia y "buenas prácticas" en el correcto uso del e-mail en el trabajo, para hacer de este medio una herramienta de comunicación efectiva y no una amenaza para la productividad.
Este fenómeno implica costos muy importantes: sobrecarga de trabajo e incremento de las horas-hombre para los departamentos de tecnología.
Además, hay que tener en cuenta los recortes presupuestarios y el desconocimiento de los costos ocultos ligados a la recuperación de correos. Por ejemplo, el gasto de instalar un servidor para las tareas de recuperación.
Kroll Ontrack estima que el administrador de redes informáticas dedica hoy un 25% de su tiempo a recuperar y gestionar correos.
Esto podría evitarse mediante sistemas básicos de gestión de archivos que implican aspectos tecnológicos.
Pero, sobre todo, hay que desarrollar conciencia y "buenas prácticas" en el correcto uso del e-mail en el trabajo, para hacer de este medio una herramienta de comunicación efectiva y no una amenaza para la productividad.
julio 13, 2009
Planifica tu imagen personal y profesional con el e-mail
Antes que nada necesitamos tener más conciencia sobre el hecho de que en todos los ámbitos de la sociedad contemporánea siempre nos estamos mercadeando, como profesionales y como personas.
Necesitamos tomar más en cuenta que siempre estamos influyendo en la percepción que la gente se forma de nosotros. Influimos de manera positiva o negativa.
Influimos con lo que hacemos y dejamos de hacer. También influimos con lo que decimos y dejamos de decir. Así que nuestro propio plan de mercadeo y comunicación lo comenzamos a definir con las siguientes preguntas:
• "¿Cómo quisiera ser conocido y recordado como profesional?"
• "¿Con qué valores quisiera ser asociado cuando los demás me recuerden?"
Las respuestas a esta preguntas nos proporcionan la orientación necesaria sobre el tipo de acciones que debemos realizar para influir positivamente en los demás y obtener la percepción profesional que deseamos.
Igualmente, necesitamos tener una perspectiva amplia de quiénes son nuestros "clientes". Lo cual podemos definirlo de manera simple pero eficiente respondiendo a "¿Quiénes pueden hablar de uno, bien o mal, como profesionales y como personas?".
Hacia todos ellos se deben orientar nuestras estrategias y tácticas de mercadeo. Nuestros clientes son las personas con las que interactuamos de manera directa o indirecta, que nos importan y nos interesan profesionalmente. Ellas siempre tienen posibilidades de recomendarnos con otros.
En una sociedad con trabajos tan interconectados entre tantas personas, para nuestro mercadeo personal los "clientes externos" tienen igual de importancia que todos los compañeros de trabajo, incluyendo jefes de todos las áreas y niveles, personal de otros departamentos y proveedores.
Sí esta respuesta es muy amplia es porque, precisamente, los errores más frecuentes en mercadeo se comenten en parte por subestimar el alcance de los públicos o audiencias con las que interactuamos como clientes.
Por último, tener más conciencia del mercadeo personal implica estar más pendientes del uso de las herramientas con las que comunicamos nuestras habilidades, competencias, valores y beneficios. Es decir, necesitamos mantener afinados nuestros canales y medios de comunicación interpersonal.
Ellos están constituidos principalmente por todos nuestros ámbitos de comunicación interpersonal, bien sea cara-a-cara, a través del teléfono o la computadora, y por la forma y el fondo de los contenidos que transmitimos a través de estos medios. Es decir, nuestro cuerpo y comportamiento son como canales ambulates de nuestro mercadeo, con mensajes verbales y no-verbales.
En este contexto, el correo electrónico cada día tienen más impacto en la imagen profesional que proyectamos como personas. Así que comprender mejor los factores de efectividad de la comunicación escrita nos permitirá gerenciar de manera más acertiva los aspectos que determinan nuestra reputación a través de éste medio.
¿Mercadeo personal a través del e-mail?
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Más recomendaciones en el libro El e-mail en el trabajo. Manual de Supervivencia. Soluciones y Consejos, de Juan Carlos Jiménez.
Necesitamos tomar más en cuenta que siempre estamos influyendo en la percepción que la gente se forma de nosotros. Influimos de manera positiva o negativa.
Influimos con lo que hacemos y dejamos de hacer. También influimos con lo que decimos y dejamos de decir. Así que nuestro propio plan de mercadeo y comunicación lo comenzamos a definir con las siguientes preguntas:
• "¿Cómo quisiera ser conocido y recordado como profesional?"
• "¿Con qué valores quisiera ser asociado cuando los demás me recuerden?"
Las respuestas a esta preguntas nos proporcionan la orientación necesaria sobre el tipo de acciones que debemos realizar para influir positivamente en los demás y obtener la percepción profesional que deseamos.
Igualmente, necesitamos tener una perspectiva amplia de quiénes son nuestros "clientes". Lo cual podemos definirlo de manera simple pero eficiente respondiendo a "¿Quiénes pueden hablar de uno, bien o mal, como profesionales y como personas?".
Hacia todos ellos se deben orientar nuestras estrategias y tácticas de mercadeo. Nuestros clientes son las personas con las que interactuamos de manera directa o indirecta, que nos importan y nos interesan profesionalmente. Ellas siempre tienen posibilidades de recomendarnos con otros.
En una sociedad con trabajos tan interconectados entre tantas personas, para nuestro mercadeo personal los "clientes externos" tienen igual de importancia que todos los compañeros de trabajo, incluyendo jefes de todos las áreas y niveles, personal de otros departamentos y proveedores.
Sí esta respuesta es muy amplia es porque, precisamente, los errores más frecuentes en mercadeo se comenten en parte por subestimar el alcance de los públicos o audiencias con las que interactuamos como clientes.
Por último, tener más conciencia del mercadeo personal implica estar más pendientes del uso de las herramientas con las que comunicamos nuestras habilidades, competencias, valores y beneficios. Es decir, necesitamos mantener afinados nuestros canales y medios de comunicación interpersonal.
Ellos están constituidos principalmente por todos nuestros ámbitos de comunicación interpersonal, bien sea cara-a-cara, a través del teléfono o la computadora, y por la forma y el fondo de los contenidos que transmitimos a través de estos medios. Es decir, nuestro cuerpo y comportamiento son como canales ambulates de nuestro mercadeo, con mensajes verbales y no-verbales.
En este contexto, el correo electrónico cada día tienen más impacto en la imagen profesional que proyectamos como personas. Así que comprender mejor los factores de efectividad de la comunicación escrita nos permitirá gerenciar de manera más acertiva los aspectos que determinan nuestra reputación a través de éste medio.
¿Mercadeo personal a través del e-mail?
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Más recomendaciones en el libro El e-mail en el trabajo. Manual de Supervivencia. Soluciones y Consejos, de Juan Carlos Jiménez.
Etiquetas: e-mail, productividad, eficiencia
mercadeo personal,
reputación profesional
julio 02, 2009
5 Acciones qué pueden hacer las empresas para mejorar la gerencia del e-mail
1. Deben ventilar el tema como un asunto de negocio, que afecta la rentabilidad de las empresas. Si la gente invierte el 30 ó 40% de su tiempo atendiendo correos electrónicos, entonces es un asunto de caracter financiero que incide en la productividad.
Las organizaciones deben promover espacios de “encuentro e intercambio” en donde los empleados puedan hablar de sus inquietudes como remitentes y destinatarios, compartan sus experiencias en el trabajo diario, determinen oportunidades de mejoras y reciban asesoría. Los costos financieros asociados son de tal impacto, que este tema necesita conversarse en todos los niveles de la empresa, especialmente en la alta gerencia.
2. En este sentido, las empresas deben implementar planes específicos de entrenamiento y asesoría sobre la comunicación escrita a través del correo electrónico, dirigidos a todos sus empleados.
Hace falta formación sobre los factores que determinan la productividad del correo electrónico, y también se necesita sensibilizar a los trabajadores sobre cuándo el e-mail es apropiado y cómo debe estructurarse.
En nuestra experiencia, gracias al entrenamiento las empresas logran obtener en términos inmediatos hasta un 20% de ahorro de tiempo en la gestión de sus e-mail.
Así mismo, la gente necesita ser entrenada en el uso eficiente de su tiempo y en métodos para organizar el trabajo.
3. Las empresas necesitan establecer normas escritas comprensibles sobre el uso corporativo del correo electrónico (e-Normas), que orienten positivamente a los empleados sobre las buenas prácticas que se esperan de ellos.
Pero estas políticas internas no sólo deben establecer lo que la gente "no debe hacer" y las sanciones por hacerlo, como tiende a suceder. Tampoco deben estar sesgadas por los aspectos tecnológicos del e-mail o los de seguridad.
Al hablar de los deberes de los empleados con el e-mail, las e-Normas necesitan destacar de manera especial las ventajas individuales de cumplirlas, y deben promoverse como buenas prácticas gerenciales.
Las normas sobre el uso del correo electrónico también pueden ser parte de un documento en el que figuren también las políticas de seguridad informática, el uso correcto del software y la navegación en Internet.
4. Las empresas deben implementar planes para premiar y estimular a los empleados que asuman la iniciativa de mejorar de manera individual sus competencias de comunicación escrita.
Cuando somos remitentes activamos el proceso de comunicación, y establecemos las pautas del mismo. De manera que al mejorar este rol y nuestra habilidad de comunicarnos por escrito, automáticamente mejoramos el rendimiento profesional y el de la empresa.
5. Una innovación sería establecer en las empresas "plazos de respuesta". Es decir, que la gente cuente con un lapso determinado para responder los correos de sus compañeros de trabajo.
¿Qué pasaría si la gente dispusiera formalmente hasta 4 ó 6 horas laborales para responder las solicitudes internas?
* Se dejaría de utilizar el e-mail para requerimientos urgentes, los cuales se gerencian mejor a a través de una llamada telefónica o una conversación cara-a-cara.
* Bajaría el volumen de mensajes escritos indiscriminadamente.
* Bajaría el estrés y la ansiedad de los empleados.
* Mejoraría el ambiente laboral.
Con una medida de este tipo, todas las necesidades que necesitan atención urgente a través del e-mail se acordarían previamente entre las partes, y se obtendría más eficiencia.
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Más recomendaciones: El e-mail en el trabajo. Manual de Supervivencia. Soluciones y Consejos.
Las organizaciones deben promover espacios de “encuentro e intercambio” en donde los empleados puedan hablar de sus inquietudes como remitentes y destinatarios, compartan sus experiencias en el trabajo diario, determinen oportunidades de mejoras y reciban asesoría. Los costos financieros asociados son de tal impacto, que este tema necesita conversarse en todos los niveles de la empresa, especialmente en la alta gerencia.
2. En este sentido, las empresas deben implementar planes específicos de entrenamiento y asesoría sobre la comunicación escrita a través del correo electrónico, dirigidos a todos sus empleados.
Hace falta formación sobre los factores que determinan la productividad del correo electrónico, y también se necesita sensibilizar a los trabajadores sobre cuándo el e-mail es apropiado y cómo debe estructurarse.
En nuestra experiencia, gracias al entrenamiento las empresas logran obtener en términos inmediatos hasta un 20% de ahorro de tiempo en la gestión de sus e-mail.
Así mismo, la gente necesita ser entrenada en el uso eficiente de su tiempo y en métodos para organizar el trabajo.
3. Las empresas necesitan establecer normas escritas comprensibles sobre el uso corporativo del correo electrónico (e-Normas), que orienten positivamente a los empleados sobre las buenas prácticas que se esperan de ellos.
Pero estas políticas internas no sólo deben establecer lo que la gente "no debe hacer" y las sanciones por hacerlo, como tiende a suceder. Tampoco deben estar sesgadas por los aspectos tecnológicos del e-mail o los de seguridad.
Al hablar de los deberes de los empleados con el e-mail, las e-Normas necesitan destacar de manera especial las ventajas individuales de cumplirlas, y deben promoverse como buenas prácticas gerenciales.
Las normas sobre el uso del correo electrónico también pueden ser parte de un documento en el que figuren también las políticas de seguridad informática, el uso correcto del software y la navegación en Internet.
4. Las empresas deben implementar planes para premiar y estimular a los empleados que asuman la iniciativa de mejorar de manera individual sus competencias de comunicación escrita.
Cuando somos remitentes activamos el proceso de comunicación, y establecemos las pautas del mismo. De manera que al mejorar este rol y nuestra habilidad de comunicarnos por escrito, automáticamente mejoramos el rendimiento profesional y el de la empresa.
5. Una innovación sería establecer en las empresas "plazos de respuesta". Es decir, que la gente cuente con un lapso determinado para responder los correos de sus compañeros de trabajo.
¿Qué pasaría si la gente dispusiera formalmente hasta 4 ó 6 horas laborales para responder las solicitudes internas?
* Se dejaría de utilizar el e-mail para requerimientos urgentes, los cuales se gerencian mejor a a través de una llamada telefónica o una conversación cara-a-cara.
* Bajaría el volumen de mensajes escritos indiscriminadamente.
* Bajaría el estrés y la ansiedad de los empleados.
* Mejoraría el ambiente laboral.
Con una medida de este tipo, todas las necesidades que necesitan atención urgente a través del e-mail se acordarían previamente entre las partes, y se obtendría más eficiencia.
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Más recomendaciones: El e-mail en el trabajo. Manual de Supervivencia. Soluciones y Consejos.
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