El correo electrónico cada día influye más en tu reputación profesional, y tus oportunidades profesionales de crecimiento dependen de tu reputación.
Esta es razón suficiente para que te ocupes activamente en optimizar la gerencia de tus e-mails en el trabajo.
Cuando hablo de reputación, me refiero a tu capital de credibilidad y confianza en el trabajo, tanto con tus clientes, como con tus compañeros de trabajo o proveedores.
¿Recuerdas el refrán "Cría fama y acuéstate a dormir"? Tiene la misma validéz con el correo electrónico.
Gracias al e-mail, tu imagen como profesional ahora depende también de tu ortografía y de la calidad de tu redacción.
Pero también depende de la velocidad y pertinencia de tus respuestas, o del hecho de enviar copia de tus e-mails a otras personas.
Por ejemplo, si envías demasiados e-mails, la gente que los recibe puede llegar a pensar que no haces más nada que enviar correos electrónicos.
Si te prestas para enviar cadenas, también podrían pensar que eres muy desconsiderado y que no tienes conciencia de que tus destinatarios están muy ocupados.
El que le presten atención a tus mensajes... El que los lean... Y el que tu destinatario reacciones de una manera determinada frente a una solicitud que le hagas, son aspectos que dependen de tu reputación.
Si tienes buena reputación gerenciando el e-mail, tus mensajes serán más leidos.
Al final del día podemos decir que mientras más confianza y credibilidad tengas, tus destinatarios te prestarán mejor atención.
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